Dar de lo que tenemos
Hechos
3;1-10
1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la
hora novena, la de la oración. 2 Y
era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta
del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que
entraban en el templo. 3 Este,
cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le
diesen limosna. 4 Pedro, con Juan,
fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5
Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Más Pedro dijo: No tengo plata ni
oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate
y anda. 7 Y tomándole por la mano
derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8 y saltando, se puso en pie y anduvo;
y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.
Introducción
En algún momento de la vida hemos sentido la necesidad de
algo, cosas que pueden ser necesarias y a veces que solo serian por deleite,
sin embargo las bendiciones que Dios quiere darnos va más allá de las pequeñas
cosas que queremos momentáneamente.
En la palabra que hemos leído vemos a los apóstoles Pedro y
Juan camino al templo a orar como era costumbre entre los judíos. Aparentemente
Dios haría un milagro por medio de ellos a un hombre cojo desde su nacimiento.
Este hombre enfermo solo pedía una limosna sin embargo Dios tenía algo mas
importante para él.
Su necesidad en el momento era el dinero, pero lo que Pedro
le dio iba más allá de unas pocas monedas.
I. EL HOMBRE
COJO
Podemos reflejarnos en este hombre. Este hombre había vivido por más de cuarenta
año en esta situación, una persona común sin Jesús en su vida vive en
desesperanza y bajo condiciones que muchas veces traen consecuencia dolorosa.
Personas que viven más preocupados por el ahora que por el mañana, porque su
confianza están en lo que necesitan en el momento sin saber la gran bendición
que Dios quiere darles.
Este hombre estaba acostumbrado a su condición,
probablemente para el este sería un día como todos los demás (recibir unas
cuantas monedas y volver a casa). Este hombre recibió algo especial ese día y
no por su Fe si no por la fe de los apóstoles.
Muchas veces en el ministerio de Jesús los milagros venían por la fe de la persona. Ej.: (La
mujer de flujo de sangre Lucas 8;43-48
43 Pero una
mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado
en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,
48 Y él le dijo:
Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
El caso de esta mujer al igual que muchos otros movieron el
corazón de Jesús por medio de su fe, el caso es distinto con este hombre cojo
que analizamos. La biblia no dice si tenía fe o no, si creía en el señor o no,
ni siquiera dice si este hombre quería ser sanado de su condición. No fue hasta
después de su milagro que glorifico y dio gracia a Dios, lo que nos da a
entender que no tenía fe pero aun así recibió el milagro que dependía de la Fe
de Pedro.
La gente podía recibir sanidad por el poder que Dios había
depositado en Pedro por medio de su Fe Hechos
5: 15 tanto
que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que
al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.
La gracia de Dios, recaen sobre personas que no creen por
causa de las oraciones de personas que si viven totalmente para Dios. Note que
los discípulos iban al templo a orar, de manera que la relación que tu tenga
con Dios será esencial para que El bendiga las vidas de otros por medio de ti.
II. QUE
TENEMOS NOSOTROS PARA DAR TOMANDO DE
JEMPLO A PERDO Y A JUAN
En primer lugar tenemos a Cristo en Nuestros Corazones y eso
es lo que daremos a aquellos que no lo tienen, aleluya. Pedro les dijo; No tengo Oro ni Plata, pero de lo que tengo
te doy.
Es necesario compartir el amor de Cristo con los demás,
hemos de reflejar la a Jesús con nuestra vida para que aquellos que no creen
puedan acercarse a Jesús por lo que ven en ti. Debemos producir impacto
positivo a la sociedad, no solamente buscar el bien personal, si no llevar
felicidad a aquellos que no han tenido el mismo privilegio que tu.
Si tienes a Cristo en tu corazón, compártelo. Si tenemos
amor llevémoslo a quienes no lo tienen y hagamos del mundo un lugar mejor para
aquellos que viven en desesperación.
Conclusión
Este hombre enfermos desde su nacimiento le pidió a Pedro
ayuda económica, sin embarco recibió algo mucho mejor, (la sanidad). A menudos
le pedimos a Dios resolver pequeñas cosas en nuestra vida más El quiere cambiar
todo por completo, aleluya. El resolver cualquier sircuatancias sin importar lo
grande o pequeño que sea.
Dios siempre tendrá para ti algo mejor que lo que deseas, El
no se preocupa por darte lo que quieres, si no lo que en verdad necesitas. Así que en el Nombre de Jesús demos de lo que
Dios nos ha dado y llevemos a Jesús a aquellos que no le conoce.
Dios
te bendiga más
Por
Alfredo Valdez Montero
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